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    7 pecados capitales del sexo gay

    ¿Alguna vez te detuviste a pensar qué pecado capital eres? Llegó la hora de descubrirlo

    Hablamos de sexo como si un rió recorriera nuestro cuerpo, como si la sola imagen de un hombre desnudo esperándonos en la cama cubierto con una suave y sedosa manta blanca fuera lo único que nos separa de la gloria tántrica. Pero… ¿siempre es bueno?, es decir ¿siempre te complace el hombre debajo de tu sábana?. Los pecados son pocos, están sueltos. Saber qué sexo capital quieres ser es uno de los caminos para llegar al cielo.

    Lujuria

    Lo viste en Grindr, en Manhunt, en Badoo y le escribiste para ir a su casa. Él te respondió y te mandó esas fotos sin camisa en el baño con una mano sobre el bóxer. Fue lo único que necesitaste para lavarte los dientes y salir corriendo en busca de la dirección. Llegaste y fue el fin de semana más sexual de tu vida. La lujuria no para y después de dos días de sexo desenfrenado tienes dos opciones: devolverte a tu casa y nunca más buscarlo, o estar dispuesto a recibir su mensaje en cualquier momento del día o la noche y correr hacia él.

    Ira

    Llegaste a su casa un poco nervioso. No entendiste a lo que se refería cuándo escribió que tenía “gustos diferentes”. ¿Qué encontraste? el dolor. Ese placer ardiente de sentir su mano en tu cuello y recibir toda su hombría con… dureza. Sabes que te va a agarrar con sus brazos grandes y fuertes y te hará lo que él quiera y como quiera. Te pondrá boca abajo en su cama y solo escucharás tu gemido creciendo cada vez más al tiempo en que él se mueve y te vuelve loco.

    Pereza

    Estabas muy desesperado y decidiste decirle que sí al vecino que siempre te escribe por Grindr, pero que intentas evitar a toda costa porque sabes que nada bueno saldrá de ese encuentro. En realidad no está tan mal cómo creías; tiene buen cuerpo y una buena habitación. Todo comienza cuando el… ¡no comienza!. Se queda en la cama besándote esperando a que le saques la ropa, le hagas sexo oral, te pongas tu arriba y ¡que le pongas el condón!. No era lo que esperabas. Lo único bueno de ese encuentro es que hiciste mucho ejercicio moviéndote porque él ni eso hizo. Por supuesto, nunca lo vas a volver a ver.

    Soberbia

    Sábado en la noche, el bar de siempre, la mesa de siempre y la vista de siempre: ese tipo tan sabroso con su cuerpo de gimnasio y esos ojos verdes que te quieres comer. Pero es inalcanzable, lo sabes y él también. Te mira a veces con un desdén despreciable de superioridad diciéndote “nunca vas a estar conmigo”, pero no te afliges. Dos tragos de tequila y empiezas a pensar que algún día va a estar en tu cama. Tarde o temprano va a estar encima de ti.

    Gula

    Nada es suficiente y ninguno es suficiente, ya te queda pequeño Grindr y lo que necesitas son fiestas, orgías y muchos hombres sólo para ti. Quieres que te lo den todo. Por eso estás pendiente de cualquier publicación de alguien que esté promocionando un encuentro de varios. Sabes que te gustan las fiestitas. Ya sabes que tus lugares no son las discotecas o los bares, lo tuyo son los saunas. Tanto así que de vez en cuando sales a hacer un tour para ver dónde está la mejor movida.

    Avaricia

    Quieres al mejor y por nada del mundo vas a renunciar a tenerlo. No te conformas con ningún novio que no tenga por lo menos mil seguidores en Instagram y que sagradamente vaya al gimnasio todas las mañanas. Porque sabes que te mereces el mejor del mercado. Sabes que eres valioso. Tienes tu propio departamento, una carrera exitosa y ropa de marca. Ahora lo único que te falta es tu muñeco perfecto, porque no eres exigente, pero sabes lo que tienes.

    Envidia

    Así que te gusta lo ajeno ¿no?. Ya te has acostado con los novios de todos tus amigos y no es suficiente para ti. ¿Cuál es tu tipo? Los casados que pasan por tu casa a medio día para llevarte al motel de las afueras, los que tienen novio pero se mueren por estar contigo y por supuesto… los que tienen novia y son tus amigos. Porque nadie te resiste. Una vez que te prueban, nunca van a poder alejarse de ti.

    No esperes que el pecado te consuma. Déjate llevar por la tentación y entra a esos pasillos oscuros que te llevaran a la gloria.

    Por Yamid Zuluaga