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    ¡Cuidado con los trastornos alimenticios!

    Los trastornos alimenticios son uno de los problemas de salud que actualmente afectan a más jóvenes; y si bien perjudican enormemente las funciones del organismo, sus efectos también son visibles, y hay que decirlo, quién no prefiere contemplar un cuerpo delgado o atlético que uno escuálido y enfermo.

    Estar o mantenerse delgado es una de las principales obsesiones que los hombres gays, sin importar las consecuencias. Se calcula que un 10% de las personas que padecen algún desorden alimenticio son varones, en donde gran parte de ellos, son homosexuales, pues la tendencia de la comunidad gay  a dar más valor e importancia a lo material, y por consiguiente al físico y al éxito, es mayor que en los hombres heterosexuales.

    ¿Cómo me veo…demasiado gordo?

    Los gays somos mucho más propensos a padecer trastornos alimenticios y depresión a consecuencia del rechazo a su físico.

    A veces la presión mediática, el culto que existe en torno a la figura perfecta, el sentirte bien contigo mismo y, por si fuera poco, buscar la aceptación de los demás puede ser muy importante. Para algunos, la mejor manera de dar escape a toda esa presión es dejar de comer para tener lo que ellos creen que es el cuerpo perfecto, situación que inevitablemente tiene consecuencias negativas en tu imagen.

    Y no se trata de decir que los medios son el demonio en persona, porque honestamente disfrutamos ver cuerpos bien formados y chicos guapos, ya sea en televisión, revistas o anuncios, simplemente se trata de no dejarse engañar por esta “industria de la delgadez” que muchas veces es tan prometedora que al final la desilusión puede ser fatal.

    El abuso de cualquier método para bajar de peso deja a la vista signos que inmediatamente revelan algún problema alimenticio, como son, la extrema delgadez, la cual hace notar todos y cada uno de tus huesitos, las ojeras, caída del cabello, descalcificación de los dientes, falta de energía, acné y palidez, entre otros.  No suena nada bien, ¿cierto?, y verlo es mucho peor.

    Para muestra basta un botón

    Tal vez has escuchado hablar de JeremyGillitzer, un top model de reconocidas marcas con un cuerpo envidiable, aunque su problema con la comida comenzó a los 12 años, pero se agravó cuando tuvo una ruptura sentimental; desde entonces perdió peso de forma indiscriminada, sometiéndose a estrictas dietas hasta que prácticamente ya no comía. Esto lo llevó a lidiar con la anorexia por más de 10 años, hasta que finalmente murió en junio pasado, con solo 29 kilos de peso.

    Como Jeremy, existen decenas de hombres, principalmente adolescentes y jóvenes adultos, que padecen trastornos alimenticios y que quieren lucir espectaculares ante una sociedad en la que se valora más la apariencia física, que las capacidades intelectuales y los valores humanos.

    A veces no logramos entender este tipo de problemas hasta que los vemos y son casi tangibles. Desafortunadamente la línea entre lucir esbelto o enfermo es apenas perceptible, y por lo tanto, muy fácil de rebasar.

    Estamos ante una dura y cruel realidad: los trastornos alimenticios, no son enfermedades exclusivas de las mujeres.

    Los extremos nunca son buenos, por eso lo mejor es comer de una forma equilibrada y apoyarse con la práctica regular de ejercicio para mantenerse siempre en forma y seguir dejando chicos boquiabiertos a tu paso.

    POR MARGARITA ORTIZ